Los buenos deseos se expresan de distintas formas, a veces con gestos, a veces
con palabras; y una de esas palabras es Bienvenidos.
Bienvenidos a esta segunda etapa del año, a un tiempo más de crecimiento y
aprendizajes, a momentos de armonía y satisfacción (pero también de dificultades e
inquietudes).
Y tal vez todos, de un modo u otro, pensamos o nos preguntamos “Hasta cuando
seguiremos así?… ¿Cómo hacer para organizarnos, llevar todo al día, ayudar a los
chicos/as? Volver a realizar las tareas escolares? Internet que falla!!… Exceso de
actividades!!!…etc, etc, etc. Sobre todo padres y demás adultos nos cuestionamos esto,
ya que por diversas razones nos inquietamos por el presente y el futuro de nuestra
familia y de toda la sociedad.
En encuentros anteriores hemos considerado y hablado sobre todo lo que esta
situación de pandemia nos está generando. Y es absolutamente cierto que la modificación
de nuestra rutina, el surgimiento de hábitos y situaciones nuevas o diferentes a las
habituales, han generado todo tipo de efectos, y entre ellos están los efectos
emocionales, los que seguramente serán diversos en cantidad y calidad según sea la
realidad de cada familia y la personalidad de todos los involucrados. Pero lo que seguro
es cierto, es que por momentos nos dominarán emociones de confusión, miedo, ansiedad,
ira, impotencia. Sin embargo, es necesario asumir que esto es esperable y normal dentro
de esta situación anormal que estamos viviendo. Y tal vez, el hecho de aceptarlo como
parte integrante de esta realidad actual y particular, le reste dramatismo, bloqueo e
inhibición, y entendamos que debemos seguir preparándonos para afrontar una situación
o acontecimientos para los que no estábamos preparados.
Nuestros ancestros más remotos lograron desarrollar capacidades que les
permitieron sobrevivir en el mundo natural que los rodeaba. A lo largo de nuestra historia,
hemos aprendido a conocer el entorno y a transformarlo para nuestro bienestar. Sin
embargo, esta gran transformación del mundo exterior ha traído aparejada otro gran
descubrimiento: nuestro mundo interior (y todo lo que sucede ahí dentro). Y quizás, en
esta época más que en otras, el desafío es llegar a conocer más nuestro mundo interno,
nuestras potencialidades, habilidades, fortalezas, pero también nuestras limitaciones y
pobrezas individuales, y por lo tanto trabajar en ello para lograr autogestionarnos y lograr
una mejor gestión de nuestras relaciones vinculares y familiares. Tal vez este proceso de
autoconocimiento en los adultos es prioritario y fundamental para desplegar nuestro rol y
función educadora, para nuestros hijos, alumnos, etc. Solo así podremos conservar la
esperanza de hacer de esta época de pandemia, y de este mundo un lugar un poco
mejor.
Pero … ¿será esto posible? ¿Podremos llegar a conocer nuestras emociones?
¿Podremos dominar nuestros impulsos? La respuesta es afirmativa. Claro que no es tarea
fácil, ya que requiere de nuestro esfuerzo, voluntad y decisión…; todos recursos que
poseemos.
La respons –habilidad (o habilidad para responder a los desafíos) está en
nuestras manos: o dejamos que nos sigan superando los temores, la ansiedad, la
confusión y desorganización; o nos hacemos cargo de nuestro poder y grandeza y
ponemos en marcha cambios que nos harán más productivos y seguros, y que a la vez
nos permitirán trascender.
Es nuestro deseo que esta segunda parte del año, podamos transitarla bien, con
confianza y seguridad, comprendiendo que nuestra tarea como adultos (padres y
educadores en general) estará constantemente cimentando las bases del crecimiento,
educación y constitución de valores para los niños y adolescentes que serán nuestros
adultos del mañana.
Concluimos con una frase de Viktor Frankl que dice “lo que hace de la vida algo
insustituible e irreemplazable, algo único, algo que sólo se vive una vez, depende de la
persona misma, depende de lo que haga y de cómo lo haga, no del tipo de trabajo en sí
mismo…”
Bienvenidos nuevamente!!!
Servicio de Orientación Escolar
Lic. Sonia Pisinatti – Lic. Ma. Belén Morales
Julio de 2020
